domingo, 28 de febrero de 2010

Crítica de Hijos de otro barro, por Mariam Agudo



Lo primero que me llamó la atención de esta novela fue la época histórica en que está ambientada y el que transcurriera en las colonias americanas. Dentro de la novela histórica es una de las temáticas menos conocidas que más me gustan, junto al Oeste y la Guerra de Secesión.
Hijos de otro barro no es la primera novela que leo de Nieves Hidalgo, así que su manera de escribir ya me es de sobra conocida. Aun así, me ha sorprendido el libro no sólo por la historia que cuenta, sino como.
Como bien habéis comentado -no voy a desvelar nada nuevo- la narración consta de dos puntos de vista. Por un lado, hay un narrador omnisciente que cuenta la historia; por otro se intercala con una narración en primera persona, en labios de Sean, amigo del protagonista, con lo que es su visión de los hechos lo que nos cuenta.
Me ha parecido sumamente original este hecho pues, incluso narrado en primera persona, nos ofrece una visión objetiva de la historia de amor de Chester y Terry, así como de las vivencias que les acontecen porque no es uno de los protagonistas de la misma.

Creo que ante todo Hijos de otro barro es una novela histórica, donde los hechos que narra son clave y determinan la historia de amor. Con esto no quiero decir que no sea una novela romántica, sino que la trama histórica es vital y marca el curso de la trama romántica y es la visión de Chester la que nos reconduce la historia. Es a través de sus ojos -y por defecto de los de Sean- que somos testigos de esta historia de amor.

Desde que leí Lo que dure la eternidad, la primera novela que se publicó de esta autora, tuve la sensación inconfundible de estar ante una novela romántica con un estilo y sello que me recordaban a autoras como Johanna Lindsey, Julie Garwood o Kathleen Woodiwiss. Esa sensación se ha afianzado novela tras novela de las que he leído, pero es algo que me parece lógico porque exceptuando Lo que dure la eternidad, que fue escrita hace pocos años, el resto de obras de Nieves Hidalgo son anteriores. Eso queda patente en Hijos de otro barro, sin embargo, aún viendo ese rasgo que identifico ya a esta autora, también es evidente que la novela ha sido reescrita y corregida, pues se ven esbozos de la pluma más actual. Suena un poco extraño, pero es exactamente lo que he pensado al leerla: estar ante una novela como las de hace años pero escrita hoy.

En cuanto a la trama en sí, destacaría el gran protagonismo de Chester que es, desde mi punto de vista, el protagonista inconfundible, incluso sobre Terry. Sin embargo, el plantel de personajes secundarios es bastante amplio y aunque la novela no es muy extensa, todos tienen cabida y sus apariciones son oportunas e integradas a la trama. Y, como es habitual, la novela cuenta con un trasfondo histórico muy cuidado y documentado, tal como queda de relieve en sus páginas.

Creo que Hijos de otro barro no es sólo una historia de amor, sino de aventuras, unas aventuras cuyas pautas quedan marcada por la vida de Chester, primero como esclavo colonial, más tarde como capitán del ejército. Cuenta una historia amena, interesante que hace que la atención no decaiga en ningún momento, pues son tantos los hechos que acontecen, los malos entendidos, el amor y el odio que se profesan Chester y Terry que una escena da lugar a otra y ésta a otra más y así hasta que te das cuenta de estar en la última página.
En mi opinión es una bonita historia romántica y una estupenda novela de aventuras y amor, original, entretenida que, como es mi caso, para las amantes de novelas históricas ambientadas en las colonias americanas, puede ofrecer una lectura interesantísima y apasionante.

No quiero acabar este comentario sin hacer una mención especial al personaje de Sean, ya que no sólo actúa como narrador en parte de la novela, sino que su papel y su propia historia me han gustado muchísimo, hasta el punto que me apena no haber podido leer más sobre él.
De todas las novelas que he leído hasta la fecha de Nieves Hidalgo, no puedo decir que Hijos de otro barro sea mi preferida porque es Amaneceres cautivos, pero creo que éste es un libro muy ameno, lleno de aventuras, amor y odio. Ingredientes que, como digo antes, al menos yo, he encontrado más frecuentemente en novelas de Lindsey, Garwood o Woodiwiss. Creo que el suyo es un estilo narrativo muy refrescante que te atrapa de principio a fin.


Quiero agradecer profundamente a Mariam esta bonita crítica. Muchas gracias, Mariam. Un beso muy grande.
Nieves Hidalgo


6 comentarios:

Sammet dijo...

Una crítica muy buena que deja con ganas de leer algo más de ti. Yo no me he leído nada, pero te confieso que ya tengo uno de tus libros, se llama lo que dure la eternidad, me decidí a leerlo por que me encontré un blog donde hicieron una crítica del mismo y me dejaron intrigada. Me he vuelto tu seguidora.

Besos

Ángeles Ibirika dijo...

No puedo estar más de acuerdo con Mariam.

Hoy mismo he terminado de leer Hijos de otro barro. Y lo he hecho a la luz de una vela. La culpable ha sido la dichosa “Tormenta perfecta” que nos ha dejado sin luz por 24 horas.

Ese “incómodo” detalle me ha gustado (porque ha sido ocasional, ¡claro!). Ha añadido intimidad a la lectura, y, ayer, cuando me dirigía a la cama alumbrada con la temblorosa luz de la vela, llevaba conmigo las sensaciones de la historia que estaba leyendo y me sentía más identificada que nunca con los personajes (aunque ellos gozan de más luz que la de mi pobrecito cirio ¡jejeje). Hoy la he terminado a pleno sol de la tarde, justo antes de que Iberdola decidiera regresarnos de la Edad Media restituyéndonos la luz eléctrica.

Me han fascinado las aventuras de Chester y Terry. Me ha gustado tener la cómplice narración de un personaje tan cálido y fácil de querer como Sean. Me ha encantado la trama histórica que me ha hecho viajar a un tiempo apasionante del que me gustaría saber más.

Me parece una buenísima novela muy en la línea de Nieves, pero con esa nota interesante de los dos narradores que me ha encantado.

Gracias, Mariam, por esta precisa opinión, y gracias a Nieves por traérnosla hasta aquí.

Nieves Hidalgo dijo...

Yelania,
Muchisimas gracias por estar aquí y por tus comentarios.
Espero no defraudarte con mis novelas y que te hagan paar unbuen rato, es lo único que pretendo escribiendo.

Ángeles, sin luz... ¿estás loca? Que te quedas sin vista y luego no puedes escribir.jajaja.
Gracias por decir que te ha gustado Hijos de otro barro. No sabía si iba a encajar bien eso de estar contada por un tercero en primer persona. Eres un amor. Y tengo unas ganas locas de tener tu novela en la mano.

Muchos besos a las dos

El espíritu inquebrantable dijo...

Yo ya la leí, pero leer esta crítica de Mariam me apetecía muchísimo. Sigue gustándome más Lo que dure la eternidad, aunque he de reconocer que Nieves es buena en todo lo que hace. Un beso super fuerte a las dos. Y espero que haya muchas más reseñas como esta.

Ángeles Ibirika dijo...

Tienes un premio a tu blog, preciosa. Pasa por el mío y te enterarás de qué va todo esto.
Un beso enorme.

Nieves Hidalgo dijo...

Elisabeth, lo que pasa es que te ha dado fuerte con Dargo. jajaja

Ángeles, gracias preciosa.

Besos a las dos