Sinopsis:
Marina Alonso y de la Vega sufre el acoso de quienes la creen demente, usurpándole casi todos sus bienes. Carlos Arteche y Ruíz de Azcúnaga, conde de Osorno, íntimo del fallecido Juan, está seguro de que su amigo ha sido asesinado y jura encontrar a los culpables. Esto le lleva a conocer a la mujer que nunca aceptó para Juan y, a su pesar, la atracción surge entre ambos sin que ninguno pueda remediarlo.
En una época revuelta, donde los Comuneros se oponen al rey y quieren desligarse definitivamente de Flandes, donde Carlos V da muestras de su orgullo y la reina Juana, desde su encierro de Tordesillas intenta mediar en el conflicto, Marina y Carlos se verán envueltos en dos guerras: la que vive España y la que libran sus propios corazones.
Año del Señor 1.521 Toledo. España.
FEBRERO.
Los oscuros ojos de la muchacha pasaron raudos sobre las letras impresas en aquel pliego de papel, firmado y sellado por las autoridades competentes. Nadie vio el destello de cólera que los iluminó durante unos segundos. Una cólera que quemaba y que, de haber sido otra su crianza, le hubiera impulsado a tomar un puñal y asesinar al emisario de tan funestas nuevas. Sin embargo, Marina Alonso y de la Vega no se dejó llevar por la ira; muy al contrario, había aprendido a guardar sus más intensos sentimientos en una coraza que sin duda había sido forjada como acero de la ciudad que la vio nacer y moldeada por las enseñanzas de las monjas que la instruyeron.
Con un gesto casi lánguido, devolvió el documento que la condenaba a ser una protegida durante el resto de sus días. E incluso sonrió al hombre que desvió la mirada, abochornado por ser el portador de tan malas noticias.
-Mi señora, yo...
-Nada he de reprocharos, don Evaristo –cortó ella con un gesto de su mano-. No habéis hecho más que cumplir con vuestro cometido y os lo agradezco. Sé que no es grato para vos.
El hombre se alisó las puntillas que sobresalían de los bordes de su jubón, sin saber muy bien dónde dejar las manos, luego de enrollar y guardar el documento.
-Si en algo puedo ser útil...
-Sé que puedo contar con vuestra ayuda –sonrió ella-, pero me parece que ya está todo decidido. Otros lo han hecho por mí.
Evaristo de Céjar hizo un saludo breve y salió de la estancia.
Apenas lo hubo hecho, la puerta volvió a abrirse y una mujer de cabello oscuro, con algunas canas en las sienes, entró precipitadamente en la pieza y se quedó mirando a la otra, los brazos en jarra y el gesto huraño.
-¿Y bien?
Marina guardó silencio hasta que vio a través de los cristales que la visita salía de la casa, montaba en su caballo y se alejaba al galope por el camino que atravesaba la pequeña hacienda. Sus ojos eran dos ónices, brillantes y un poco acuosos por las lágrimas contenidas. Sus cabellos, recogidos bajo una redecilla oscura, fulguraban en su negrura absorbiendo los últimos rayos de luz de aquella tarde de febrero. De repente sintió frío. Un frío hiriente que le llegó hasta los huesos. Notó un ligero vahído pero se repuso de inmediato. Aun tratando de disimularlo, el mareo no pasó desapercibido para Inés, que se acercó con rapidez.
-Vamos a vuestro cuarto, niña.
La joven se dejó conducir sin decir una palabra. Salieron de la sala, atravesaron el suntuoso patio de entrada, falto de flores ahora y ascendieron por las escaleras que daban al primer piso. Cuando Inés cerró la puerta tras ella, preguntó:
-Era el condenado documento, ¿verdad?
-¿Lo dudabas?
-¡Cerdos! ¡Pendejos!
-Inés, por favor. Cuida tu vocabulario. De nada sirve enfurecerse –dijo la muchacha dejándose caer en una butaca forrada de raso verde oscuro con rayas más claras-.
Inés tenía 35 años recién cumplidos, llevaba en la casa desde que a los cinco su padre la dejó al cuidado de los Alonso porque el trabajo, la viudedad y la bebida a la que se echó al morir su esposa, no le permitían cuidar de una criatura. Había trabajado en la hacienda fregando suelos, haciendo la comida, aseando los cuartos y hasta cuidando de las porquerizas. Hasta el nacimiento de Marina, la hija adorada de don Tello Alonso de Cepeda y Barrientos, Señor de Aguilar y de doña Beatriz de la Vega. La señora de la casa, delicada de salud desde siempre y viendo el cariño que de inmediato demostró Inés por el bebé, la puso a cargo de la niña. Desde entonces no se había separado de ella. Compañera, amiga, confidente; había sido de todo para la pequeña Marina. La adoraba como la hija que no tuvo y que sin duda nunca tendría, dada ya su edad.
Con una sonrisa triste, quitó la redecilla dejando suelta la larga y sedosa cabellera de su protegida, comenzando a cepillarla con mimo.
-¿No vas a impugnarlo? –tuteó a la joven, como hacía siempre que ambas estaban a solas-.
-¿Impugnar un documento redactado por hombres, para hombres?
Los oscuros ojos de la muchacha pasaron raudos sobre las letras impresas en aquel pliego de papel, firmado y sellado por las autoridades competentes. Nadie vio el destello de cólera que los iluminó durante unos segundos. Una cólera que quemaba y que, de haber sido otra su crianza, le hubiera impulsado a tomar un puñal y asesinar al emisario de tan funestas nuevas. Sin embargo, Marina Alonso y de la Vega no se dejó llevar por la ira; muy al contrario, había aprendido a guardar sus más intensos sentimientos en una coraza que sin duda había sido forjada como acero de la ciudad que la vio nacer y moldeada por las enseñanzas de las monjas que la instruyeron.
Con un gesto casi lánguido, devolvió el documento que la condenaba a ser una protegida durante el resto de sus días. E incluso sonrió al hombre que desvió la mirada, abochornado por ser el portador de tan malas noticias.
-Mi señora, yo...
-Nada he de reprocharos, don Evaristo –cortó ella con un gesto de su mano-. No habéis hecho más que cumplir con vuestro cometido y os lo agradezco. Sé que no es grato para vos.
El hombre se alisó las puntillas que sobresalían de los bordes de su jubón, sin saber muy bien dónde dejar las manos, luego de enrollar y guardar el documento.
-Si en algo puedo ser útil...
-Sé que puedo contar con vuestra ayuda –sonrió ella-, pero me parece que ya está todo decidido. Otros lo han hecho por mí.
Evaristo de Céjar hizo un saludo breve y salió de la estancia.
Apenas lo hubo hecho, la puerta volvió a abrirse y una mujer de cabello oscuro, con algunas canas en las sienes, entró precipitadamente en la pieza y se quedó mirando a la otra, los brazos en jarra y el gesto huraño.
-¿Y bien?
Marina guardó silencio hasta que vio a través de los cristales que la visita salía de la casa, montaba en su caballo y se alejaba al galope por el camino que atravesaba la pequeña hacienda. Sus ojos eran dos ónices, brillantes y un poco acuosos por las lágrimas contenidas. Sus cabellos, recogidos bajo una redecilla oscura, fulguraban en su negrura absorbiendo los últimos rayos de luz de aquella tarde de febrero. De repente sintió frío. Un frío hiriente que le llegó hasta los huesos. Notó un ligero vahído pero se repuso de inmediato. Aun tratando de disimularlo, el mareo no pasó desapercibido para Inés, que se acercó con rapidez.
-Vamos a vuestro cuarto, niña.
La joven se dejó conducir sin decir una palabra. Salieron de la sala, atravesaron el suntuoso patio de entrada, falto de flores ahora y ascendieron por las escaleras que daban al primer piso. Cuando Inés cerró la puerta tras ella, preguntó:
-Era el condenado documento, ¿verdad?
-¿Lo dudabas?
-¡Cerdos! ¡Pendejos!
-Inés, por favor. Cuida tu vocabulario. De nada sirve enfurecerse –dijo la muchacha dejándose caer en una butaca forrada de raso verde oscuro con rayas más claras-.
Inés tenía 35 años recién cumplidos, llevaba en la casa desde que a los cinco su padre la dejó al cuidado de los Alonso porque el trabajo, la viudedad y la bebida a la que se echó al morir su esposa, no le permitían cuidar de una criatura. Había trabajado en la hacienda fregando suelos, haciendo la comida, aseando los cuartos y hasta cuidando de las porquerizas. Hasta el nacimiento de Marina, la hija adorada de don Tello Alonso de Cepeda y Barrientos, Señor de Aguilar y de doña Beatriz de la Vega. La señora de la casa, delicada de salud desde siempre y viendo el cariño que de inmediato demostró Inés por el bebé, la puso a cargo de la niña. Desde entonces no se había separado de ella. Compañera, amiga, confidente; había sido de todo para la pequeña Marina. La adoraba como la hija que no tuvo y que sin duda nunca tendría, dada ya su edad.
Con una sonrisa triste, quitó la redecilla dejando suelta la larga y sedosa cabellera de su protegida, comenzando a cepillarla con mimo.
-¿No vas a impugnarlo? –tuteó a la joven, como hacía siempre que ambas estaban a solas-.
-¿Impugnar un documento redactado por hombres, para hombres?
-Mejor podrías decir hecho por buitres para buitres.
-Sea como sea, los médicos han emitido su dictamen y la Ley ha dispuesto que no tenga nada.
-Y ¿vas a conformarte? –gruñó Inés-.
Marina alzó la cabeza y miró a su amiga y criada a los ojos. Los suyos se volvieron más negros que nunca y en su rostro, ligeramente aceitunado, apareció un sonrojo producto de la ira.
-No voy a aceptar la muerte de Juan –dijo entre dientes-. No al menos sin vengarle y saber qué mano le dio muerte y qué hombre pagó sus buenos reales a esa mano.
-Averiguar quién asesinó a tu esposo no te ayudará a recuperar lo que es tuyo. No te devolverán la hacienda de los Aranda, ni la mansión de Fonseca, ni las tierras, ni el ganado, ni las...
-¡Pero será vengado! –estalló la muchacha, incorporándose y tomando distancias-. No puedo culpar a nadie de mi locura.
-¡Locura! –protestó Inés-.
-¿Acaso no lo fue durante un corto espacio de tiempo?
La criada dejó el cepillo sobre la cómoda, de trabajada madera de nogal, desistiendo ya de peinar a su señora.
-¿Qué mujer no habría enloquecido si hubiese perdido a su padre, a su esposo y a su futuro hijo en el término de quince días?
Marina se mordió el labio inferior para evitar que un sollozo se le escapase.
-Yo, Inés. Yo no debería haberlo hecho. Mi padre me crió para ser fuerte ante las adversidades, para saber valerme por mí misma –dijo-. He sido educada como el hijo que no tuvo y no tenía derecho a fallarle –se encogió de hombros-. Anda, ayúdame a quitarme el vestido y luego retírate. No te necesitaré más por hoy.
(Extracto del primer capítulo)
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La taberna del Escudo Dorado estaba abarrotada, como casi siempre a aquellas horas del anochecer. Los parroquianos, de la más variada condición social, bebían, comían y jugaban a las cartas o a los dados. Se mezclaban labradores, señores vocingleros y pendencieros, judíos, musulmanes conversos, ladrones y estafadores, casi a partes iguales. Y algunas mujeres de la más baja estofa, que perseguían ganar algunos maravedíes engatusando a quienes llevaban repleto el bolsillo.
En una mesa apartada, al fondo del local, los ojos verdosos de un hombre vestido con elegancia, calzas negras y negro jubón con ligeros adornos plateados, botas altas de buena piel y una espada colgada indolentemente sobre su cadera izquierda, se clavaron en los de su interlocutor.
-¿Cuándo fue?
Su voz fue un grito de rabia contenida con esfuerzo. En su mandíbula un músculo palpitó imperceptiblemente.
-Hará un año el mes que viene, mi señor –repuso el otro-.
Carlos Arteche y Ruíz de Azcúnaga se relajó un poco al mirar el rostro contrito de su interlocutor. Su tono aceitunado decía claramente que su procedencia no era española.
-Debieron avisarme, Bernardo –se quejó el caballero-.
-Lo hicieron, según sé. El escribano de don Juan mandó la carta y nos fue enviada a Nápoles en abril.
-Salimos para Venecia a finales de marzo.
-Exactamente, de modo que no me culpe de no haberse enterado de lo sucedido, don Carlos. Más parece que yo hubiese perdido esa carta.
El hombre asintió. Su criado, aquel al que recogiese en la isla de la Española cuando no era más que un mocoso sucio y medio desnudo, con el cabello enmarañado y repleto de porquería, al que un soldado estaba a punto de atravesar con su espada cuando llevaban a cabo el saqueo a un poblado indígena, estaba en lo cierto. Bernardo –en realidad no se llamó así hasta que él se hizo cargo de su educación-, había resultado ser el mejor camarada que nadie hubiese soñado jamás. Bajo su tutela y protección –aún cuando él mismo era aún un joven imberbe que se había aventurado a enrolarse en un navío en viaje a las Indias- había conseguido convertirse en un hombre de bien. Él mismo había comenzado a enseñarle a leer y a escribir castellano durante la larga travesía de vuelta a España, prosiguiendo su instrucción al llegar a la península.
-Tienes razón, disculpa. Estoy irritado.
-Como casi siempre, cuando las cosas no salen como quiere –rezongó el joven criado-.
Carlos sonrió el reproche. Bernardo no aprendería jamás a ser un sirviente callado y modoso, era demasiado pedir a un alma libre. Él también había buscado ser libre. Se embarcó a los diecisiete años bajo las órdenes de Diego Colón, primogénito y heredero del antiguo Almirante, escapando de la mano férrea de su padre, don Pedro Arteche, conde de Osorno. Había querido vivir su vida, correr aventuras y regresar a la casa paterna con galardones que demostrasen a su progenitor que era un hombre y no un niño. Craso error. Su maldita aventura no resultó otra cosa que trabajos sucios y humillantes a bordo, trato vejatorio por parte de algunos de los marineros al conocer su procedencia aristocrática, hambre y sed, suciedad y enfermedad. Y una vez que desembarcaron en La Española fue aún peor. Él, iluso adolescente, pensaba que iban a ayudar a los indígenas, a enseñarles las buenas costumbres de España, a evangelizarles según decía el sacerdote que iba con ellos. No hubo más que ataques a poblados, encarcelamientos a hombres que hasta entonces eran libres, violaciones a mujeres y matanzas indiscriminadas. Y vergüenza para la bandera española. Los marinos solamente perseguían el oro de los indígenas, enriquecerse lo antes posible y volver a la patria sin importarles los sufrimientos y viudas que dejaban atrás.
Un poco por haber sufrido humillaciones durante el trayecto y un mucho porque su madre le crió en la enseñanza de que todos los hombres merecían respeto, aquella calurosa mañana en la que su mando dio orden de atacar aquel aislado poblado y recoger cuanto de valor encontrasen, su genio vasco –como solía decir su padre-, salió a flote. Despachó de una estocada al desgraciado que acababa de asesinar a la pareja y que tenía agarrado por el cabello al niño, de unos siete años, al que estaba también a punto de degollar y cargó con el crío bajo su brazo de camino al barco. Su descabellada acción, según las miras del capitán, le costó acabar atado al palo mayor y recibir veinte azotes, de los que aún conservaba cicatrices. Pero al menos consiguió quedarse con el chicuelo como su criado.
-¿Cenamos aquí o regresamos a casa? –quiso saber Bernardo-.
Carlos Arteche parpadeó, repentinamente confuso.
-¿Qué?
-Digo, que me muero de hambre. Y el guiso servido en esa mesa –señaló con la barbilla-, hace la boca agua.
-Por Dios, muchacho, ¿no puedes pensar en otra cosa que no sea llenar la barriga? Sales más caro que siete jornaleros.
-Pero le apaño más que diez, de modo que usted sale ganando –y sin esperar a que el conde aceptase su propuesta hizo señas al hombre que servía para indicarle que le pusiese una de aquellas escudillas-.
(Extracto del segundo capítulo)
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43 comentarios:
está llena de emociones la narración, seguro que escribiendo disfrutas y sufres tú también con esas emociones
un abrazo,
santiago
Tienes una forma de escribir que consigue enganchar al lector, hacerle desear saber más, todo un don en estos tiempos.
Estoy deseando poder leer esta novela ;)
Pero ¿ qué se esconde detrás de ese firma de Nieves Hidalgo ? Me sorprende el modo en que describe un Toledo atrapado en el marco medieval.
Francamente, me encantaría leer esta novela.
Ya era hora de que alguien pusiera en el mapa de la novela el mundo español. Hasta ahora parecía que sólo existía el anglosajón....
Gracias por ello. Y por transportarme a un entorno tan sugerente como el que describes en esa España convulsa medieval.
Espero tener la oportunidad de disponer de tu novela en mis manos...
Os agradezco profundamente vuestros comentarios.
Un abrazo
Está claro que tenemos una geografía y una historia lo suficientemente densa como para poder recrear una novela de estas características.
Me encanta lo que muestran estos capítulos y quiero leerla completa.
CARLOTA
Gracias por tu visita a mi blog, en cuanto tenga un ratito me pongo a leerte.
Un saludo.
Nieves, me gusta mucho cómo escribes. Te deseo mucha suerte.
Pilar
Estoy absolutamente cautivada por tu forma de escribir. Esta novela me apetece un montón. Estoy sembrando tu blog de comentarios, pero es que entré para un ratito y me he quedado enganchada y absolutamente prendada de todo lo que escribes.
Te deseo muchos éxitos, te los mereces sin duda.
Un beso,
Pilar
Hoy he visto en El Rincón romántico qu esta novela se publicará en el 2009. He pasado por el blog para ver de qué iba y veo que no tiene nada que ver con la de Dargo, aún así me apetece un montón leer una novela romántica ambientada en España. La espero con ganas.
Un abrazo y mucha suerte
Ana
Enhorabuena por la próxima publicación de esta novela.
Estoy deseando leerla y por supuesto todas las demás que te publiquen bonita.
Besosss,
NUR
Gracias por visitarme, por vuestros comentarios y por vuestro apoyo.
Un abrazo.
Otro libro con una pinta excelente, por lo tanto de compra obligada ^^
Un beso ;)
COMPRE EL LIBRO ESTA MAÑANA AHORA A LA UNA DE LA MADRUGADA ACABO DE TERMINARLO. CREO QUE ESTO TE LO DICE TODO.SUBLIME.
INCLUSO HE LLORADO CON LA ESCENA DE LA DESPEDIDA DE LOS PROTAGONISTAS ANTES DE QUE MARINA VISITE AL REY.
EL CONJUNTO DE LA NOVELA ES SIMPLEMENTE PERFECTO. GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS
¿PARA CUANDO TIENES PREVISTO PUBLICAR LO SIGUIENTE?
MARIACORDOBA, gracias, muchas gracias por tu comentario.
Con respecto a tu pregunta, en principio ya no publicaré más hasta el próximo año que tengo dos libros previstos. Hay por ahí unas cuantas chicas que me están escribiendo en los foros y a mi correo solicitándome otro, pero ya te digo, de momento ya nada hasta el 2010.
Un beso muy grande,
Nieves.
Hola Nieves!
Ya voy por más de la mitad del libro y me esta encantando ^^
Lastima que no tengo mucho tiempo para leer y solo puedo leerlo a ratitos, pero que ganas tengo de ver el final!
El argumento esta muy trabajado y los personajes muy carismáticos, me caen muy bien :)
Un petó i felicitats!
Hola Nieves!!!
Me gustaría felicitarte por tu novela "Amantes cautivos". La terminé de leer ayer y me ha encantado.
Es una novela llena de emociones pero sobre todo lo que más me ha gustado es que eligieras ambientarla en España.
Estoy deseando leer tu siguiente novela.
Carmen
Ya me he terminado la novela, ha estado genial!
Me ha encantado, los personajes muy carismáticos como ya dije, se les coge mucho cariño enseguida, el argumento muy bueno y el desenlace como siempre fantástico.
Así que lo recomiendo con mucho cariño, felicidades Nieves por otra gran obra ^^
Por cierto, uno de los primeros comentarios que hice en tu blog fue para decir que no me terminaban de "cuajar" las novelas ambientadas en España, que las venia menos "mágicas"... pues bien, va a ser que me has echo cambiar de idea, pero la verdad es que desde que leí tu primer libro... ahora me encanta conocer las zonas y que sean gente de aquí!
Ahora solo falta que algún día pueda leer alguna ambientada en Cataluña jejeje
Un petó! (-^o^-)
Me lo acabo de pedir por el circulo de lectores! Y tras leer este blog, tengo ganas de tenerlo ya entre mis manos! Qué ganas!
Carmen, Alexia: Mil gracias por vuestros comentarios. Me alegro que os haya hecho pasar un buen rato.
Sois unos soles.
Nagore, muchisimas gracias por tu confianza, spero no defraudarte.
Besos a todas.
Hola, acabo de terminar esta novela y me ha encantado. Se saborea el ambiente que describe. No tienes ganas de que termine.Es la primera novela romántica ambientada en España que leo y me ha encantado, de verdad. Deseo, por favor, que haya otras muchas como esta. Muchas gracias
Ewita, me hace muy feliz que te haya gustado la novela.
Si es, como dices, la primera que lees ambientada en España y ha conseguido entretenerte, me doy por satisfecha.
Espero que haya otras más del mismo estilo. Todo depende de vosotras, las lectoras.
Gracias por tus palabras de ánimo.
Un beso fuerte
Hola Nieves. He leído tu libro y realmente he vivido "Amaneceres" con él, porque me lo he leído en 2 días. Es el primero que leo de una autora española y ambientado en España, y tengo que decirte que el personaje de Carlos me ha enamorado y el de Marina me ha dado fortaleza. Por eso te doy las gracias y te digo que seguiré leyendo tus libros.
Un beso.
Mecedes, un millón de gracias por tus comentarios sobre la novela.
Me alegro que te hayan gustado lospersonajes y te agradezco la confianza que pueda seguir regálándome.
Un beso muy fuerte
Muy buena!!! Anoche terminé de leer esta obra, como muchas mujeres puedo decirte que has creado un personaje (Carlos Arteche) extraordinario, cualquier mujer se enamoraría de un hombre como el que has descrito. Pero mi favorito es el de Marina, esa sencillez, dulzura y a la vez fuerza y tenacidad, en la época en la que sucedieron los hechos ha hecho que sea un personaje a los que las mujeres del siglo XXI le debemos un "GRACIAS".
A ti decirte que las novelas románticas no son de mi devoción, sin embargo, después de leer tanto de todo, opte por una lectura algo cariñosa para ocultar mi enfado ante el mundo por todo lo horroroso que se lee y escucha en estos dias, me has sacado de la rutina del momento, me has transportado a una época que aunque no es de las mejores de la historia, sobre todo para las mujeres, a mi me fascina, es historia y la historia debe recordarse para bien y para mal. Muchas Gracias y sigue siendo tan especial.
Mariola, todo mi agradecimiento por tus palabras de apoyo.
Si con esta novela he conseguido que te evadas unas horas de todo cuanto nos rodea, ya me doy por satisfecha.
No pretendo más que eso, que las lectoras olviden las penas, se entretengan y se enamoren un poquito de mis protagonistas.
Eres un encanto.
Un beso fuerte
de tus 4 novelas publicadas me e leido 3 ´´hijos de otro barro´´´´amaneceres cautivos´´y ´´orgullo sajon´´ las 3 me han encantado pero tengo que reconocer que WULKAN Y CARLOS me han enamorado sobre todo Wulkan.Hombre fuerte duro justo honesto leal cauto educado cariñoso noble fiel tanto a la mujer como a sus principios.Lo tiene todo para enamorarte,Es una novela que te agarra te engancha y te hace vivir la historia.Quiza me supo a poco cuando terminan de combatir el no escribir el encuentro de Wulkan y Jacky despues de la contienda sin saber si estaban bien o heridos...Eso me supo a poco pero me a encantado,Espero que publiques muchos mas libros suerte y un beso Nieves.
Hola, Susi.
Es un placer y un honor tenerte aquí. Mil gracias por tu confianza. Me entusiasma que te hayas enamorado de Wulkan y de Carlos.
Es verdad que muchas personas dicen que les hubiera gustado esa escena final a la que haces referencia y lamento mucho no haberla escrito.
Si lees la primera novela, Lo que dure la eternidad, espero que también te enamores de Dargo, aunque sea un fantasma. y que me pases tus impresiones.
De nuevo,gracias por pasarte por aquí.
Mil besos
Hola, Nieves!
Lo primero es que acabo de leerme esta novela y me ha encantado! Me he pasado el día enganchada a él...
Vi la reseña que hizo Anabel en su blog, "La ventada de los libros" y entre eso, y que la protagonista se llama como mi madre, Marina Alonso, me decidí a comprarlo, de hecho se lo regalé a ella... bueno que me voy del tema... Me encantan los personajes, llenos de carácter y personalidad, tengo que decir que el personaje de Elena me gusta mucho, su desparpajo y libertad al hablar, y también los protagonistas. Es la primera novela romántica histórica que leo, además ambientada en España y vaya, tengo unas ganas de pasearme por los lugares que has descrito...
En definitiva, tengo que felicitarte por una novela estupenda, atrayente y preciosa n_n y me alegro poder decírtelo ;)
Un saludo,
Vanessa
Hola, Vanessa.
No sabes lo que me alegra que te haga gustado Amaneceres, más aún si como dices es la primera histórica española que lees.
¡Qué coincidencia que la protagonista se llame como tu madre! Como si se lo hubiera decicado a ella. me encanta y espero que a ella le guste ela novela.
Si puedes, sí, pasea por esos lugares. A mí Toledo, en concreto, es una ciudad que me vuelve loca.
Gracias por dejarme tus palabras y espeeo verte a menudo por aqui, ya sabes que es tu casa.
Muchos besos para ti y para tu mami.
Acabo de leer tu libro "Amaneceres Cautivos". Lo cogí por el Círculo de Lectores para ir metiéndome en novela romántica e histórica ambientada en Castilla: Todelo, Tordesillas, Catedral de Avila,...; lugares que he visitado y me ha fascinado recordarlos con tus descripciones y con la aventuras de Marina, Elena, Carlos, etc... en ellos. La historia genial me he tenido que dosificar su lectura para disfrutarlo más tiempo. El colmo de gozada ha sido el comienzo del capítulo 27 "...dejando que Miguel se hiciera cargo del..." (no quiero descubrir más) me hizo ver la importancia de los términos que se emplean a la hora de escribir y leer; pudiendo cambiar el sentido de todo el capítulo o de la obra.
Muchas gracias Nieves espero poder leer alguna más de tus obras.
Hola, Viryi.
Es un placer tenerte aquí, en tu casa.
Muchisimas gracias por tu comentario, me alegro que te haya gustado Amaneceres. El Círculo ha sido mi educto de nvelas desde hace años y han tenido la deferencia que comprar los derechos para publicarla, lo que resultó una sorpresa para mí que tantas veces soñé en ver una novela entre las páginas de su revista.
Espero verte por aquí a menudo.
Date una vuelta por el blog, que seguro que no te aburres.
Un beso muy fuerte
Acabo de leer el libro y como nota diré que lo he hecho en 2 dias, sacando tiempo de mis horas de sueño. Tengo que felicitarte de todo corazón porque creo que es muy buena. Sólo el timbre del móvil o cualquier artilugio moderno, me devolvia del 1500 en el que me encontraba sumergida, gracias a la narrativa y a ese poder que posees de describir las cosas. Te felicito y espero poder tener otra obra tuya en mis manos muy pronto.
un abrazo
Ainhoa, un millón de gracias por dejarme tu comentario. Me alegro que te haya gustado la novela. Lo que me dices de que un aparato moderno era lo único que te devolvía a la época actual, me llena de ilusión.
Pretendía solamente entretener con esta novela, pero veo que además, os ha hecho soñar.
De nuevo, gracias por decirlo.
Muchos y fuertes besos,
Hola Nieves, quería decirte que hace "poco" terminé de leerme esta novela, la tuve que retomar desde el principio, porque me entretuve con otras cosas, pero la terminé en un par de días y la verdad es que me gustó mucho!! Es la primera vez que leo un libro como el tuyo, en esa época (que me encanta desde que era pequeña), y con una historia de amor así, como esas que ahora escasean y que todos/as desearíamos vivir. El libro se hace muy ameno, aunque salté unas páginas antes de terminarlo diciendo "¡no puede ser!", jajaja. Pero desde el principio hasta el final te agrada ^^. Un saludo, y suerte para tus siguientes obras!!
Deborah, muchas gracias por dejarte tu opinión sobre la novela.
ya imagino el momento en el que saltaste páginas para comprobar si era verdad o no... jajaja.
A mí me ha pasado en alguna novela también. No puedo remediarlo, si veo la cosa fastidiada me voy al final y luego ya me quedo tranquila.
Un montón de besos.
HOLA NIEVES, TE DESCUBRI UN DIA POR ERROR DE NUMERACION AL PEDIR UN LIBRO ,COMO ME ALEGRO AHORA SINCERAMENTE ME HAS ENGANCHADO, ME HAS HECHO IMAGINAR CADA RINCON DE TOLEDO ,CADA PASO DE MARINA....GRACIAS POR DARME ESTA OPORTUNIDAD SIN TU SABERLO, TE SEGIRE COMO LECTORA
Gracias a ti, Amaia, por decirme cosas tan bonitas.
Espero tenerte a mi lado en las siguientes novelas.
Un beso enorme
Como me gusta muchisimo leer y me gusta todo lo relacionado con la historia me ha parecido estupenda. La intriga y y el amor que hay entre los personajes es fantastico, y me ha hcho aprender muchas cosas de aquellos tiempos. Me enganche a su contenido con gran ilusión hasta acabarla. Me llamo Amparo Duque, tengo 77 años, soy de Lodosa un pueblo de Navarra, no tengo estudios y la lectura me enseña mucho y me da la vida.
Amparo,
ante todo le doy la bienvenida a este blog, tu casa si así lo deseas.
Te agradezco infinitamente tu comentario sobre mi novela, no te imaginas qué ilusión hace recibir noticias de una persona que, además del romanticismo, busca otras cosas en las novelas.
Ya sabes que mi correo está abierto para todas.
Un beso muy fuerte.
¡¡ Nieves, que alegria me ha dado ver en el RNR que vas a publicar la historia de Elena y Diego!!
Que bien, me encantan estos personajes, se merecian su historia. Lo unico malo es que nos queda muchos meses....pero la espera merecerá la pena. Gracias!!
Un millon de besos
Rocío,
gracias por interesarte.
Sí, queda tiempo para que salga, pero llegará, si Dios quiere, que es lo importante. Ojalá os guste.
Mil besos
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