Los Bow Street Runners fueron los percusores de la policía metropolitana.
Hasta el año 1821 en Inglaterra existía el código de Winchester de 1285 que afirmaba que cada ciudadano de entre 15 y 60 años tenía que poseer un arma para garantizar la paz.
En el Londres del siglo XVIII no existía un cuerpo de policía como tal. En la década de 1750 la organización encargada de establecer el orden en Inglaterra estaba en un estado terrible: los vigilantes eran a menudo viejos e ineficaces, los alguaciles tenían cada vez más dificultades para mantener la ley en los pueblos y ciudades, y los caminos estaban infestados de salteadores.
El primer paso para hacer una reforma vino de la mano, en 1753, de Henry Fielding que era el Juez del Paz de Westminster. Al principio reclutó un grupo de sólo seis hombres, los Bow Street Runners, que actuaban como detectives profesionales persiguiendo a los delincuentes en el corazón de Londres. Tuvieron tanto éxito que fuerzas similares se establecieron muy pronto en los tribunales de otros magistrados.
Con los Bow Street Runners se consiguió una gran mejoría, pero fue Sir Robert Peel, ministro del Interior, quien con su proyecto de ley de Mejoramiento de la Policía Metropolitana de 1829 instó a crear un cuerpo de policía en Londres que cubriera la totalidad del área metropolitana. Esto marcó el inicio de la Policía Metropolitana.
A los policías se les llama Bobbys por ser diminutivo de Robert (por Robert Peel) y se comenzó a llamar Scotland Yard porque la ubicación de la sede original de la Policía Metropolitana estaba en el 4 de Whitehall Place, en donde había una puerta trasera que daba a la calle Great Scotland Yard.
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