martes, 4 de noviembre de 2008

Artículo: La sufrida lectora de novela romántica


Barajando las distintas opciones que se me presentaban a la hora de escribir, me he decidido a hacerlo desde el punto de vista de “La sufrida lectora de novela romántica”, puesto que durante muchos años lo he sido y, por supuesto, aún lo soy por encima de cualquier otra afición.

Desde siempre he seguido todo comentario sobre el género y he sufrido con los tópicos que sitúan a la novela romántica como ciudadano de segunda, y a sus aficionadas al género como mujeres sin demasiada formación. Las lectoras de novela romántica se pueden encontrar en todos los escalafones culturales o económicos de la sociedad. Leemos romántica porque destila sentimientos, pasiones, sueños..., y eso nada tiene que ver con el bagaje educativo ni con el estatus social.

A veces se escribe sobre escritoras. Sobre sus comienzos, sus ansiedades, decepciones y anhelos hasta ver su obra publicada, sobre sus logros, sus premios y sus personajes. Sí, se escribe sobre escritoras. Pero ¿quién lo hace sobre los pedestales que sustentan su mayor o menor fama? ¿Quién se ha parado a pensar en las lectoras?


Las lectoras de novela romántica son mujeres valientes, para quienes los libros son como una droga que deben adquirir de continuo. Casi fetichistas. Cuando una novela es buena o simplemente les gusta y enamora, sienten la necesidad de poseerla aunque ya la hayan leído. Coleccionistas incansables de sagas, de autoras, de temas..., bregando siempre entre las librerías y el presupuesto familiar y consiguiendo, día a día, ahorrar lo suficiente para caminar raudas hasta la librería donde adquirir la última novela.

Las lectoras de novela romántica son mujeres resueltas y atrevidas que, a pesar de lo denostado del género, emergen –como dice una amiga mía- de las profundidades, incluso se reúnen en Internet, para reclamar sus derechos.
Sin apenas publicidad, las novelas románticas se encuentran relegadas muchas veces al fondo de las librerías, como si desearan silenciarlas, sepultarlas, arrinconarlas.

Hasta ahora, el mercado estaba monopolizado por escritoras anglosajonas porque las editoriales temían publicar una novela de una autora de habla hispana.
A pesar de todo eso, la lectora, la sufrida lectora de novela romántica, ha seguido en la brecha, atrapando y devorando cuanto puede, exigiendo escritoras en su propia lengua, porque la lengua madre es siempre más hermosa, porque llega mejor al corazón. Porque es nuestra.
Lo estamos consiguiendo. Estamos ganando la batalla. Pero debemos continuar.


Debemos exigir buenas traducciones, mejores ediciones, libros mejor acabados, sin permitir que se impriman descuidadamente, con erratas. La novela romántica no es mercancía de segunda, porque, además, no nos la cobran como tal.

Las lectoras entregan su amor al género, su apoyo y su ilusión y las editoriales deben responder del mismo modo, mimarnos y esforzarse en ofrecernos cada vez mejores publicaciones... en todos los sentidos.

La mayor aspiración de una escritora es que su esfuerzo, tantas veces robado al sueño y a la familia hasta conseguir crear una historia, pueda llegar a las lectoras en óptimas condiciones. Otro tema es que luego cautive o no. Esto ya es un tema personal, puesto que las lectoras tienen gusto y criterio, no se leen todo porque sí.


El hecho de que leamos libros románticos y que nos gusten los finales felices, no quiere decir que seamos tontas o que vivamos en un mundo irreal, leemos este género porque –como decimos tantas veces- para tristezas ya están las noticias de los informativos diarios.

Las lectoras de romántica, mujeres que durante tantos y tantos años llevamos una considerable carga en nuestras espaldas (como las lectoras de cualquier otro género), este “sexo débil” que tiene la considerable fuerza de poder con todo lo que le echen, que es capaz de consolar, escuchar, proteger y enfrentarse a quien haga falta por aquellos a los que ama, por aquellos que tanto le importan, tienen el derecho a leer lo que les dé la gana sin ser menospreciadas ni vilipendiadas, y sin ser, por supuesto, reducidas al ostracismo e ignoradas y arrinconadas por leer este tipo de historias. Y desde luego, tienen ese derecho porque son una considerable fuente de ingresos para el sector editorial. Una buena publicidad, una buena campaña para limpiar su imagen, unos buenos debates o artículos desde la seriedad, harían mucho por este género y sus incondicionales.

Las películas románticas llenan los cines y no son denostadas y escondidas en salas de segunda. La industria del cine sabe venderlas bien. Las novelas románticas son como esas películas, en la mayoría de los casos mil veces mejores.

Por eso, desde aquí quiero romper una lanza por todas esas mujeres preñadas de coraje, amantes del teatro, del cine, de la música, la historia, la geografía, la pintura, la ciencia... y de las novelas románticas.
Quiero hacer un brindis porque lo merecen, porque son el pilar, el aliento y la ilusión de las que, con toda humildad, nos atrevemos a forjar historias.


Por ellas.




16 comentarios:

Bego dijo...

Bravo, bravo, bravísimo.
Yo, me acuso de ser una de esas mujeres, deboradora de novelas y películas románticas, de las que se enganchan a una novela e incluso lloran y ríen con una novela romántica.

Gracias Nieves por escribir, por y para nosotras.

Un beso.

Anónimo dijo...

Por fin un artículo que refleja fielmente la realidad. Enhorabuena.

Besos

Pilar

Anónimo dijo...

Gracias por tu artículo. Gracias por hacer de portavoz de todas nosotras.

Un abrazo enorme,
Merce

Anónimo dijo...

Bravo, sí señor. Has resumido perfectamente el sentir de todas nosotras.

Amalia

Anónimo dijo...

Anda que no hay novelas que me gustaría que las llevaran al cine ¿por qué no se atreven a hacerlo?

Me ha encantado y emocionado leer este artículo. Felicidades y un beso muy grande.

Anónimo dijo...

¿Os imagináis a Dargo en la gran pantalla? Sería un exitazo. Me encantaría ver ese libro en el cine ¿donde hay que firmar?

Muy buen artículo. Felicidades.

Pili

Anónimo dijo...

Yo brindo por tí.
Estupendo artículo, sí señora.
Con un par...

CARLOTA

Anónimo dijo...

Afortunadamente, por cada "experto" que quiera pasarse de listo denostando este género, siempre habrá una autora dispuesta a alzar la voz y expresar su merecida opinión, como tú. Y por cada librero que haga a un lado la estantería de novela romántica, habrá colas en su puerta los días clave en que salgan a la venta las obras más esperadas. Y, por cada una de las personas que se atreven a mirar por encima del hombro a quienes disfrutan con un género que tiene tantos derechos como el que más a copar las listas de ventas, por todos aquellos que se burlan de nuestros gustos y por todos los que nos consideran lectoras inferiores e, incluso, mujeres de segunda categoría, pues también por todos y cada uno de ellos estaremos nosotras siempre preparadas para presentar batalla.
Porque, de lo que no se están dando cuenta ellos, literatos y consumidores tan altaneros, es que con su campaña para acabar con nosotras, lo único que están logrando es hacernos más fuertes.

Un beso enorme, Nieves, y gracias por esa lanza en favor de todas las que buscamos entre las páginas de un libro algo que va más allá del mero lucimiento personal ;).

Rosa dijo...

Gracias por tus palabras Nieves!! El artículo me parece genial, y además tienes mucha razón... Espero que como tú dices,las cosas vayan cambiando con un poco de esfuerzo por parte de todos... Un beso. Rosa.

Anónimo dijo...

Excelente artículo y absolutamente veraz.

Mis felicitaciones.

Estrella

Nieves Hidalgo dijo...

Muchísimas gracias a todas por vuestros comentarios.
En realidad, no es ni más ni menos que lo que durante años de lectora he experimentado en mi propia piel sin necesidad de que nadie me lo cuente. Las cosas van cambiando, pero aún falta mucho.

Un beso muy grande para todas.

Anónimo dijo...

Felicidades has puesto en palabras todo lo que pienso de la novela romántica, gracias por escribirlo hace falta voces que nos defiendan.
Welzen

Anónimo dijo...

Estupendo artículo. Mucha gente debería leerlo para que se enteren de una vez.
Gracias por ser nuestra voz.

Amalia Blasco

Anónimo dijo...

Me has dejado sin palabras, por que las palabras que siento y no se decir, han salido de tu pluma y han expresado con total claridad mi pensamiento.

Tienes mi total admiración

1 besote

Noelia.

Pdta. a ver si soy capaz de hacerlo bien esta vez..

Anónimo dijo...

Que hermosas palabras,Nieves realmente solo una lectora romanticas podria expresar tan perfectamente nuestra situacion y sentimientos...
Lamentablemente no he podido leer aun tus libros...por esta parte del mundo ( Peru) apenas llegan algunos .
pero desde ya estoy esperandote...
un beso
Lila

berthdolmos@gmail.com dijo...

Querida Nieves, solo quiero añadir que la "novela rosa", según el reconocido Jesús G. Maestro (Critica de la razón literaria), en su análisis de la novela de Miguel Delibes "La sombra del ciprés es alargada", nos hace notar que en la segunda parte de esa novela -premio Nadal en 1947- el autor, entre las cuatro novelas intercaladas, también hay una "novela rosa".

Gran placer leer tus novelas y artículos.

Bs. Bertha