De libros y autoras...

Desde el nacimiento de este blog, son muchas las lectoras que me han escrito interesándose por mis gustos y mis comienzos. Aunque he contestado cada uno de los cariñosos e.mails que he recibido, he creído necesario contar un poquito más aquí.

A todos los que nos gusta leer nos ha impactado algún libro en concreto y algún autor.

Son tantos y tan variados que es difícil hacer un resumen de los que han dejado huella y seguramente seré injusta al olvidarme de más de uno, pero es imposible recordar a todos.

Siempre he empezado diciendo que el primer libro que me hizo soñar fue una de las partes de la trilogía (dividida en seis libritos) de bolsillo escrita por Marisa Villardefrancos: El Caballero de los Brezos. Una historia de irlandeses, jóvenes repletos de ilusiones que por avatares de la vida acaban de esclavos muy lejos de su preciosa Eire. Una novela llena de aventuras, de pasión, de orgullo y humildad. Con ella volé, soñé, fantaseé con esos protagonistas rudos y al mismo tiempo llenos de humanidad, que luchan por sus ideales, por su gente y por su país, ofreciendo la vida incluso. Imaginé el amor (cuando no era más que una chiquilla), y anhelé encontrarlo en la vida real.

Luego vinieron otras autoras como Kathleen Woodiwiss y su novela Shanna, que me impulsó a escribir mi primer relato y luego otro, hasta ahora.

¿Cómo nombrar a tantas buenas escritoras sin olvidarme de alguna? Garwood y sus escoceses, Robards, Kenyon y sus Dark Hunter, Lindsey, Putney, Spencer, Coulter, Henley, Busbee, Feather, Moning, Phillips, Kleypas, Brown, Roberts, Bonelli con su inmejorable Marlene, Mc.Naught y la indiscutible Gabaldón de Forastera..

Debo aplaudir a cualquiera que tenga el coraje suficiente para ponerse delante de unos folios en blanco e inventar una historia. Gracias a su imaginación, a su esfuerzo y tesón, a esa imperiosa necesidad de escribir, a las horas robadas al sueño y a la familia, a su lucha con los personajes que –como ya he dicho alguna vez- cobran vida propia en mitad de la historia y te dirigen hacia escenas que no habías siquiera pensado, podemos disfrutar de relatos intrépidos y apasionados que nos conmueven.

Después del esfuerzo se tiene, eso sí, la enorme satisfacción de recibir muchos e-mails de apoyo y palabras de aliento, diciendo que les ha gustado tu trabajo. Esos mensajes compensan cualquier sacrificio.

Todas y cada una de las escritoras me han hecho imaginar, idealizar, acariciar la aventura desde mi almohada, cerrando los ojos para sumirse en un espejismo repleto de lances y riesgos, de emoción.

Sobre todo, me han enseñado.

Por eso, desde estas respetuosas líneas, quiero agradecer a cada una de las escritoras habernos llevado de su pluma a un mundo de fantasía en el que, aunque solamente fuese por unas horas, hemos podido alzar el vuelo para perdernos más allá de la realidad.

Nieves Hidalgo