jueves, 10 de octubre de 2019

Artículo: El hombre que iluminó París

Algunas veces me llegan mensajes preguntando por uno u otro personaje de mis novelas. En esta ocasión, por Jean Baptiste Colbert, político que aparece en Dime si fue un engaño. Aprovechando la ocasión, me gustaría contaros algo de este hombre; los que hayan leído la novela entenderán el motivo de haberle dado voz y voto en ella. 

Jean-Baptiste Colbert nació en Reims en 1619 y murió en París en 1683. Cuando el cardenal Mazarinos se encontraba a las puertas de la muerte, instó al rey, Luix XIV, a que le tomara como consejero y mano derecha. Y así lo hizo el monarca francés, con lo que Colbert pudo desarrollar sus conocimientos en Francia, mejorando comercio e industria, entre otras cosas. Pero a mí me interesó mucho más el hecho de que desbancara a Nicholas Fouquet, sacando a la luz documentos que demostraban malversaciones. Porque es en estos acontecimientos, en lo que está basada la historia de Phillip y Chantal. Por tanto, era un personaje real de la corte francesa, que me venía que ni pintado para que se relacionara por mis protagonistas. 

¿Damos un ligero repaso a la vida de este hombre? 

Su carrera empezó realmente al trabajar para su primo, Jean-Baptiste Colbert de Saint Pouange, que ejercía de comisionado en el departamento de guerra, y su padre le compró el cargo de comisario ordinario. Tenía 21 años. 

En 1645 fue recomendado a Michel Le Tellier, quien le contrató como secretario. Y de ahí, a consejero real en 1649. Acababa de casarse con Marie Charron que, al parecer, aportó al matrimonio una dote bastante alta. 

Fue en 1651 cuando conoció al cardenal Mazarinos. Gestionó su fortuna y, viendo el cardenal su buen hacer, facilitó que gestionara las finanzas del gobierno. Nicholas Fouquet estaba en su punto de mira y consiguió demostrar que malversaba los fondos del estado en beneficio propio. Esto le sirvió para ganarse la total confianza del rey. 

Colbert fue introduciendo a familiares, poco a poco, en os puestos del estado, hasta formar un clan que controlaba cada paso que se daba en el país. Compró un par de baronías y su propiedad de Sceaux, al sur de París, fue un lugar paradisíaco, con maravillosos jardines y una magnífica decoración. 

Fue un hombre de estado que, no solo se preocupó de favorecer el comercio, sino que protegió las ciencias, las artes y las letras. Un hombre que fundó la Academia de las Inscripciones y Bellas Letras, el Observatorio y la Academia de arquitectura. Un político que apoyó la investigación y dio empuje a las manufacturas propias, como la cristalería y la zapatería, impulsando sobre todo la de los tapices. 

Hizo una flota de guerra, infinidad de canales para favorecer el comercio entre ciudades, arregló las carreteras en mal estado, construyó otras nuevas y más anchas, y hasta supervisó la construcción del canal de Laguedoc, que unía el océano Atlántico con el mar Mediterráneo. 

A pesar de ser de apariencia hosca, bastante serio, y vestir con colores oscuros, Colbert amaba lo bello, quería que la gente disfrutaba de las cosas hermosas y dirigió sus esfuerzos también hacia ese campo, encabezando la reforma de Versalles. 

Realizó muchas reformas, sí. Pero muchos lo recordarán, sobre todo, por una cosa: pavimentó, embelleció e iluminó París, la Ciudad de las Luces.

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