miércoles, 20 de noviembre de 2019

Artículo: El bolso

El bolso siempre ha sido imprescindible para las mujeres, sean de la época que sean. Antes por unas causas y hoy por otras, más grandes o más pequeños, sencillos o de seda, ha estado en las culturas desde tiempos inmemoriales. ¿Conocemos un poco más de ellos? 

En la prehistoria, la gente no solía afincarse en un lugar concreto, iba de un lado a otro, tenían necesidad de llevar a cuestas sus utensilios y la comida. Y sí, utilizaban bolsos. O sacos, o alforjas más o menos sofisticados. Y hay dibujos impresos en la roca que lo demuestran. Os dejo uno de ellos encontrado en https://www.curiosfera.com

Los primeros se hacían con las pieles de los animales que mataban para comer, pero con el tiempo se suavizaron las formas y comenzaron a elaborarlos como complemento. Los asirios, sin ir más lejos, usaban unos saquitos para llevar las monedas. Fijaos que este tipo de bolsa no ha cambiado tanto a través del tiempo, las encontramos de uso cotidiano en los protagonistas de nuestras novelas de época. 

Los griegos las usaban también; simples bolsas de cuero en las que guardaban el dinero o cualquier otro elemento de pequeño tamaño, como podía ser un frasco de perfume… o un puñal. Sí, muchos lo llevaban escondido junto a las monedas, por si acaso. 

Fuera para un uso u otro, los griegos han sido siempre amantes de la belleza, y los bolsos no podían ser meros trozos de cuero, también merecían ser adornados. Por tanto, empezaron a decorarlos con flores, y a confeccionarlos de telas de colores. Al ser más vistosos, pasaron a convertirse en un accesorio más de adorno que, muchas veces, llevaban colgado de la muñeca. 

Pero no fue hasta la Edad Media cuando el bolso se convirtió en algo de lo que presumir. Los confeccionaban con piel de distintos animales, y las damas de la nobleza empezaron a exigir al gremio que los decorara de distintas formas. Tela finas y múltiples bordados de flores, de motivos religiosos, con pedrería, plata, oro o perlas auténticas, que hacían del bolso algo precioso, además de práctico. 

Poco a poco se fueron introduciendo otros adornos y otros materiales. Muchos eran obras de arte que, más que lucirse, servían para obsequiar en caso de boda, de agradecimiento o en pago de una deuda, ya que algunos salían de las manos de afamados orfebres y costaban un verdadero dineral. 

Aunque hoy en día hay importantes firmas que lanzan al mercado bolsos con diseños estupendos, que hacen juego con los zapatos de las mujeres, me quedo con aquellos otros más sencillos de tiempos pasados. Porque siempre tendrán más magia.


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