jueves, 17 de octubre de 2019

Artículo: La iluminación

El vizconde anduvo deprisa por la callejuela esquivando la luz de las farolas y… 

Y aquí es donde entra una de las personas que te revisa la novela, argumentando: 

─A ver, alma de cántaro, que en esa época no existían farolas; los comerciantes tenían que colgar un candil en sus puertas para iluminar la calle. 

Revisas el tema, te das cuenta de que tiene toda la razón (te has colado en gordo), y decides indagar un poco en la iluminación a lo largo de los tiempos, que nunca viene mal para no meter la pata. ¿Me acompañáis? 

Pues allá por los inicios de la humanidad, la única forma de luchar contra las tinieblas era el fuego… cuando lo descubrieron. Es difícil imaginarse que hace medio millón de años fuera complicado alumbrarse, cuando ahora podemos hacerlo con un simple clic, ¿verdad? 

Comenzaron a utilizar después, mucho después, recipientes varios donde ubicar el fuego hecho con musgo, grasa de animales e, incluso, con cabello humano. No es raro que se hayan encontrado cráneos donde permanecían los restos quemados de una de estas «lámparas». Aquel tipo de candil evolucionó, se confeccionaron de piedra, de conchas marinas, de alabastro y hasta de oro, dependiendo del poder del que los encargaban para su casa. 

¿Os habéis preguntando cómo hacían esas antorchas que todos hemos visto en alguna película? No eran sino un palo de madera al que se enrollaba estopa, se impregnaba de resina y se prendía. Enganchadas a los muros, iluminaban estancias y galerías Y como siempre, los que más tenían, utilizaban resina perfumada para evitar el desagradable olor de la resina ardiendo. 

Las lámparas de aceite llegaron más tarde de la mano de cartagineses, fenicios y romanos. Sabemos que el ser humano es dado a embellecer los objetos, y las lámparas no fueron ajenas a las modas, por lo que terminaron siendo fabricadas de distintos materiales y decoradas de diversas formas. 

Llegada la Edad Media, estas simples lámparas que contenían más o menos aceite, que eran más o menos olorosas, dieron paso a las linternas, que no eran otra cosa que lámparas en cuyo interior se ponían los papilos. Los candelabros, donde podían colocarse varias velas, iluminaban más y producían menos humo. Al principio se fabricaban con sebo, pero el olor era desagradable, hasta que descubrieron que podían hacerse de cera de abejas. Claro que estas últimas resultaban más costosas y solo las usaban los ricos. 

Os puede interesar saber que: 
  • Aimé Argand inventó el quinqué, que empezó a usarse hacia el 1780. 

  • Más tarde, la iluminación por gas; según he leído, la primera fábrica que se iluminó con gas fue en Manchester, en el 1805. 

  • En 1809 Humphry Davy dio a conocer la primera lámpara eléctrica. 

  • Las de queroseno no se vieron hasta 1853. 

  • Llas fluorescentes hasta 1867. 

  • Tras algunos avances más, Thomas Edison y Wilson Swan inventaron la incandescente, que duraba 40 horas. 

  • Un año después, el propio Edison sacó la bombilla de 16 vatios, con 1500 horas de duración.

No hay comentarios: