lunes, 15 de julio de 2019

Esos pianos de nuestras novelas

Raro es que en nuestras novelas románticas no saquemos a relucir el pianoforte (piano). Y es que en las reuniones sociales de la época que elegimos para nuestros relatos, uno de los entretenimientos era aburrir a los invitados obligándoles a escuchar tocar, a modo de tortura, a la hija de los anfitriones. Pero ¿qué sabemos del piano? ¿Era un instrumento utilizado, mayormente, por las damas? ¿De dónde proviene? ¿Cuáles fueron sus antecesores? Si os parece, podemos hacer un repaso por la Historia y conocer varios instrumentos musicales. 

La cítara, palabra en español (qath‧róhs en arameo) se puede considerar que fue el primer piano, data nada menos que de la Edad de Bronce, y es originario del sudeste de Asia y de África. Era uno de los instrumentos de la orquesta de Nabucodonosor. Constaba de unas cuerdas tirantes colocadas sobre una tabla, que la persona que lo tocaba hacía vibrar, ya fuese con los dedos o algún otro objeto punzante. Podía sostenerse sobre las rodillas o ponerse sobre una mesa, para mayor comodidad. Hay verdaderas obras de arte con maravillosas pinturas sobre la madera.

El monocordio tenía una sola cuerda, pero una caja de resonancia. Curiosamente, he sabido que este instrumente fue utilizado por Pitágoras para su estudio sobre los intervalos musicales, y por Euclides, para sus estudios de geometría.

El salterio, cuya forma era trapezoidal, fue el instrumento que dio paso a los clavecines, empezados a construir durante el Renacimiento, en los siglos XV y XVI. Domenico Scarlatti, nacido en 1685 en el Reino de Nápoles, a quien nombro en una de mis novelas, y contemporáneo de Batch, compuso hermosísimas sonatas. Ya en el siglo XVIII, William Croft inauguró la etapa barroca de este instrumento en Inglaterra, alcanzando entre 1712 y 1759, su máxima difusión, comenzando después su ocaso porque los compositores están más interesados en componer para el pianoforte. El clavecín volvió a ponerse de moda a finales del XIX y principios del XX gracias a la polaca Wanda Landowska, que lo impulsó hasta el punto de conseguir que compositores del momento volvieran a crear obras para este instrumento. Incluso Falla compuso un “Concierto para clave”, que ella estrenó en 1926.

El Escaque es muy poco conocido, pero existen referencias de él en el siglo XIV y, posiblemente, proviene de Inglaterra. Es un clave vertical, podríamos decir un órgano de mano, que solía utilizarse para acompañar a las danzas que se ejecutaban en grandes salones.

El clavicordio adornó muchas de las salas desde los siglos XVI al XVIII. No se utilizaba para conciertos por la poca intensidad de su sonido, pero en las casas de los que podían permitírselo, era casi imprescindible a la hora de llevar a cabo reuniones y fiestas. Partiendo de este instrumento, los italianos idearon el pianoforte, posiblemente el que más aparece en nuestras novelas de época, y que consiguió desplazarlo por completo.

El pianoforte pues, está entre el clavicordio y el piano que conocemos actualmente, y se le atribuye a Bartolomeo Cristofori, nacido en Padua. He leído que estuvo contratado como conservador instrumental por Fernando II de Médici. No se sabe a ciencia cierta el año en que se fabricó el primero, pero según algunos datos fue alrededor del 1700. 

No he querido extenderme mucho ni dar demasiados nombres de compositores, pero con estos pocos datos podemos situarnos en el tiempo y espero, como siempre, que os haya resultado entretenido.


 

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