lunes, 21 de noviembre de 2011

Merecido galardón.


Cuando a uno le dan un premio que viene del cariño de lectoras a las que agrada tu trabajo, te sientes feliz.

Cuando se lo entregan a una escritora que se lo merece, a la que tienes cariño, y a la que consideras muy estupenda novelista, te entusiasmas.

Desde aquí quiero felicitar a Belén Márquez, autora de Sin Pedigrí (policíaca) y El Paladín de la Reina (fantástica), a la que en su día tuve el honor de entrevistar en este blog.

El 16 de Noviembre disfruté conociendo a Belén y a su hermana Carolina (nuestra querida bucanera y bandolera) en persona, y asistiendo a un acto en el que se entregaron los premios de la editorial Atlantis.

El Paladín de la Reina se llevó el premio de novela fantástica.

Viendo a Belén subir al estrado para recoger un premio más que merecido, me sentí tan emocionada que se me saltaron las lágrimas.

En su momento me atreví a hacer una reseña de esta novela, que podéis leer en blog.

Enhorabuena, Belén, ¡tú sí que vales!


A continuación os copio la crónica que de tan emocionado día ha escrito Carolina.

II EDICIÓN PREMIOS ATLANTIS “LA ISLA DE LAS LETRAS”, 16 de Noviembre de 2011


Esta es la crónica de un sueño maravilloso que se hizo realidad.
Esta es una crónica sobre un día muy especial y no esperéis que sea objetiva porque la escribo desde el corazón, bajo mi punto de vista, y porque lo quiera o no (que lo quiero), soy parte implicada en esta historia.

El día 10 de junio de este año, llegó a mis oídos que la novela de mi hermana, Belén, había sido seleccionada como finalista de la II edición de los premios Atlantis “La Isla de las Letras” dentro del género de Novela Fantástica por su novela El Paladín de la Reina (Paladín de Briah). Un relato que ya ha conseguido emocionar y atrapar a muchas personas ávidas de aventuras fantásticas, que ha sido reseñada, comentada y mencionada en innumerables páginas en el mundo virtual, pero sobre todo ha sido apreciada por personas que piden una continuación, y es que el mundo creado por Belén atrae de una forma espectacular y sencilla, con mucho humor y con unas reflexiones sobre los valores humanos que vale la pena descubrir.

Esta crónica empieza el día 16 de noviembre de 2011...

Suena el despertador a las 4:15 de la madrugada, pero no tengo sueño pese a haberme quedado dormida apenas tres horas antes. Estoy nerviosa, porque me voy a la capital. He de coger dos trenes, un autobús, un avión y tres líneas de metro hasta llegar a mi objetivo. Sin embargo no estoy nerviosa por la entrega de los premios Atlantis. Una mosca cojonera que zumba desde hace días en mi oído me dice que hoy será un día para el recuerdo.
Salgo a la calle con mi equipaje de mano, mis reservas: creo que lo llevo todo, y aun así reviso los papeles que necesito, no sea que me haya equivocado y luego no pueda viajar. Soy tonta, lo sé, si todo está controlado, por Dios. Calma, Carolina, calma, aunque la lluvia te esté menguando los ánimos...

Voy a obviar todo el proceso del viaje, porque si no, esto duraría demasiado. Lo que sí debo decir es que me encanta volar, que a las 12 del mediodía estaba ya en Madrid (Barajas), y que me dispuse a vivir la aventura de viajar en el metro hasta llegar a mi destino: Puerta del Sol. Allí ya me esperaban mi hermana, su marido y dos amigos entrañables, David y Julián, que pronto nos sumergieron en algunas de las actividades más profundas y culturales del viejo Madrid: el tapeo, las cervezas, el vermut y las colas en Doña Manolita para comprar lotería de Navidad, además de las obligadas invasiones a Casa del Libro.

Pero el tiempo pasa rápidamente y tras un pequeño paréntesis en nuestra actividad profundizadora sobre el tapeo, le recuerdo a mi hermana que hemos de descansar... dentro de dos horas hemos quedado con alguien muy importante para nosotras que quiere acompañarnos en este día especial. ¿Con quién hemos quedado? Pues ni más ni menos que con Nieves Hidalgo, nuestra inspiración y sobre todo, mi fuerza, la que me impulsa a escribir a base de “collejas” y a quien queremos con todo nuestro corazón por el apoyo que siempre, siempre, nos ha proporcionado, animándonos con su temperamento y sus ganas, con su poderío... así que le dije a Belén que teníamos que ponernos las pilas e ir a su encuentro.

Encontré a Nieves en la Plaza Moncloa, frente a CAMON, una sala de la CAM, y me pareció mucho más guapa comparada con las fotos que había visto sobre ella en su blog, así que pensé: “no puede ser ella...¿la llamo?...¿la llamo?... ¿sí o si?”.

La llamé y ella me miró, y nos fundimos en un abrazo en el que las palabras sobraban, o faltaban, al menos para mí. Nos besamos, nos miramos, y nos fuimos cogidas del brazo hasta una cafetería próxima donde Belén esperaba incapaz de levantarse de su asiento. Lo que siguió a continuación lo recuerdo como estar de nuevo volando. Apenas creía que Nieves estaba con nosotras, compartiendo charla sobre editoriales, publicaciones, novelas, argumentos... y mucho menos que además viniera acompañada de una persona muy especial que nos dejó impactadas.

Después de mucho parloteo (que por mí hubiera durado “Lo que dure la eternidad”), la razón se impuso y nos fuimos a la CAM, donde se entregaban los premios Atlantis “La Isla de las Letras”.
Madre mía, ¡menudo ambiente!: escritores nominados, escritores amigos, una sala maravillosa donde pantallas de vídeo exponían las originales y bellas portadas de los libros editados por Atlantis, y una violoncelista fantástica, Dagmar Rentova, nos regaló su música y su arte para los oídos preparándonos para la emoción que estaba por llegar.

Sobre los nominados y ganadores, consultar esta página:
http://bibliofilayosoy.blogspot.com/2011/11/ganadores-de-la-segunda-edicion-de-los.html

Los premios fueron entregándose con una calma que nos ponía de los nervios, a través de discursos muy lúcidos sobre el mundo literario y sobre los escritores noveles que a mí, me hicieron reflexionar muchísimo. Las palabras de Francisco Melero, autor de “El faro del unicornio”y tercer finalista del premio Planeta fueron la mejor introducción que se podía esperar para entregar el premio que todos ansiábamos.
Únicamente recuerdo un latido: el de mi corazón a cien por hora. Y un apretón de manos: el de Nieves sentada a mi lado. Ambas reprimimos la emoción esperando que se mencionara a Belén como ganadora del premio a la mejor novela fantástica.
Y... Francisco Melero anunció como ganadora la novela “El Paladín de la Reina”, con lo cual yo ya olvidé el mundo que me rodeaba, salvo la sensación de tener la mano de Nieves que apretaba la mía con fuerza y sus ojos que transmitían una emoción que ya ninguna de nosotras supo ni pudo contener.
Las tres: Belén, Nieves y yo, dejamos escapar lágrimas de alegría, de una emoción contenida desde hacía horas. ¿Cómo no íbamos a hacerlo? Creo que fuimos las más escandalosas, en el sentido de que nadie más expresó sus emociones tan intensamente como nosotras, absolutamente nadie, os lo aseguro.

Belén se llevó el premio, pero no sólo ella. Todos los que la acompañamos ese día nos lo llevamos. Sé que para Nieves fue emocionante, porque es así y se alegra por nosotras. No he conocido a nadie que se preocupe tanto por nosotras como lo hace ella. Yo solo recuerdo sus lágrimas sinceras de emoción y sus palabras que me decían: (bueno, mejor no lo digo, prefiero guardármelo para mí, como un tesoro que no quiero compartir con nadie y que en todo caso sólo se lo recordaré a ella).

He compartido con mi hermana muchas cosas.
De pequeñas nos llevábamos como el perro y el gato, nos peleábamos, e incluso un día me clavó un bolígrafo en el ojo (es cierto, lo juro, pelea tonta). ¿Rivalidad literaria? ¿Quizás pensó que podría competir con ella? En absoluto, éramos niñas, pero ya Belén utilizaba el bolígrafo como “arma” para defenderse.
Belén se merece este premio y muchos otros que puedan venir en el futuro. Ambas estamos inmersas en otros proyectos y sabemos que, por muy solas que nos encontremos a veces, siempre contaremos con el apoyo de Nieves, a la que yo me he atrevido a llamar “madrina”. Así la quiero, como la persona que me da fuerzas para escribir, la única persona que me dice que yo “valgo” para dedicarme a este oficio y la única que consigue que yo me lo crea.

Este viaje a Madrid y los premios Atlantis han marcado un antes y un después en mi vida y en mi conducta y pensamiento a la hora de escribir.

Ya nada volverá a ser igual.

Carolina Márquez
Torredembarra, Tarragona, 20 de Noviembre de 2011





8 comentarios:

Eleanor Atwood dijo...

Hola Nieves,

En primer lugar mis felicitaciones a la galardonada, debe ser genial escuchar tu nombre en una entrega de premios y ver que tus esfuerzos no han caído en saco roto. Vamos,que Belén se sentirá ahora mismo como una actriz de Hollywood con su Óscar en la mano...
La crónica ha sido preciosa; hasta yo me he emocionado leyendo a Carolina. Y un detalle hermoso por tu parte publicarlo en tu espacio.

Un beso a las tres y mi enhorabuena a la premiada.

Lola Rey dijo...

No conozco a la autora pero si recuerdo la reseña porque la liyteratura fantástica me encanta aunque la tengo un poco de lado. Cuando vuelva a retomarla me acordaré de esta novela.

Natàlia Tàrraco dijo...

Belén, felicitaciones, ánimos, a escribir, reconfortan esos prémios, jornada inolvidable.
Carolina, felicitaciones por la parte que te toca, ánimos también a darle a la tecla.

Ahora Nieves...ayyy, no tengo palabras, amiga, generosa, un chorro de energia positiva, bella mujer, escritora y muy buena persona, lo certifico, la añoro y envidio esa jornada que las tres compartísteis.
!Salve! por las tres, hasta pronto.

Belén dijo...

Fue un día maravilloso, aunque, la verdad, se me hizo cortísimo. Tras la entrega, tomamos unas cervecitas con el editor y algunos de los premiados y luego... ¡¡volvimos de tapeo!! pero faltaba algo... o más bien alguien... y eras tu, Nieves. Se me hizo muy cortito el tiempo que estuvimos "de charla", pero espero enmendarla a través de e-mails.

Lo que más me gustó, al recibir el premio, fue la satisfacción que sentí por el trabajo reconocido y la inyección de adrenalina que de ello resulta. Desde aqui me gustaría agradecerle, una vez más, a Nieves, el haber estado a mi lado ese día; fue muy importante para mí, y también por dedicar tiempo y espacio en su blog a mis dos novelas. También agradecerle a Carolina su apoyo incondicional y su crónica (y haber si ese antes y después lo vuelca en ese proyecto que tenemos en común y que estoy deseando terminar).

Gracias a todos los que quisieron estar a mi lado ese día pero, sobretodo (y Nieves me comprenderá) gracias a todos los que han leído y leerán El Paladín de la reina. Sin lectores, no hay escritor que valga.

un beso, Nieves.

Anónimo dijo...

Muchísimas felicidades Belen!! He de reconocer que no he leido tu libro AÚN!!! pero me lo apunto en mi lista para pedirlo en reyes!! Sobre todo me alegro que hayas recibido este maravilloso premio y que tuvieses un día tan bonito!! y especial!!
Un besote. Marta

Marta L.Esteban dijo...

¡Mil Felicidades Belén! Desde luego que tuvo que ser, emocionante no, más de lo que se pueda describir con palabras. Y encima tener al lado, en un día tan especial como ese, a una maravillosa ya no solo escritora, sino persona. ¡Emoción por partida doble! O triple, no sabría ponerle medida. ¡Enhorabuena! Porque aunque no haya leído tu libro aun, si que vi la reseña y desde luego que lo tengo pendiente en cuanto tenga un huequito.
¡Ah! ¡Preciosa la reseña de Carolina!
¡Un fuerte abrazo para todas!

Carolina dijo...

Pues yo aun no acabo de creerme que Nieves estuviera con nosotras...tan bella y tan...como es ella, natural como la vida misma, dicharachera y siempre interesada por lo que estamos haciendo (o no hacemos, en cuyo caso me da las consabidas "collejas" para que espabile).
Fue un día maravilloso, completo, único. Un día que recordaré siempre y que espero se repita en un futuro.
Gracias, madrina, por estar allí, por tu charla y por tus lágrimas de emoción...
Gracias, gracias, gracias...
Y un enorme beso.
También para todas.

Nieves Hidalgo dijo...

Eleanor, lola, Natália, Belén, Marta, mi otra Marta, Carolina...
A todas y cada una, gracias por estar aqui, por alegraros de este premio, por dar ánimos a la ganadora y por felicitar a Carolina, que ha hecho una crónica preciosa, como ella sabe hacerlas.
Yo solamente estuve ahí, a su lado, llorando como una boba porque me emocioné, como me he vuelto a emocionar ahora.
Y chicas, es que cuando alguien se lo merece, pues se lo merece ¡qué narices!
Ya solamente falta que le den otro premio a Carolina.
Y gracias también a Irdala, porque sin ella no tendríamos estas fotos y esta crónica en el blog. Otra que se merece un premio por su trabajo incondicional.

Besoa a todas.