lunes, 21 de junio de 2010

LAZOS SOLIDARIOS EN LA PUERTA DE ALCALÁ.


“Ahí está, ahí, viendo pasar el tiempo, La Puerta de Alcalá” Una canción que todos hemos tarareado alguna vez. Tengo que reconocer que a mí me emociona porque ese monumento es uno de los más emblemáticos de Madrid. Sin embargo el domingo, 20 de Junio, luciendo el sol (porque hasta el tiempo se unió a la fiesta) y rodeado de numeroso público, el monumento erigido por Carlos III no vio pasar el tiempo, sino a personas que se solidarizaron con la causa de Amaya Morera que, como ya sabéis todos, ha donado el 100% de los beneficios de su novela Lazos y Corbatas a la ONG dirigida por el padre Ángel, Mensajeros de la Paz. La antigua puerta de entrada a Madrid se vistió de gala. Lazos rojos y globos, caramelos, música, cámaras de televisión… Un ambiente festivo para un proyecto que llega al corazón. Carlos Testor, marido de Amaya, presentó el acto de forma inmejorable. El director de proyectos Mensajeros de la paz, Javier García, se refirió a la infancia más desfavorecida, a los miles de niños que han sufrido las consecuencias del conflicto bélico, víctimas inocentes del desatino de los adultos. Amaya Morera, la autora, visiblemente emocionada, dio las gracias a los congregados en la plaza. Un pequeño, recordó ante los micrófonos que él tenía una familia que le amaba y cuidaba cuando se ponía enfermo, pero que había millones de niños que no tenían esa suerte. Nos hizo saltar las lágrimas a todos. Laura Valenzuela, conocida por todos y madrina de Mensajeros de la Paz, instó a colaborar con esta ONG. Toda ayuda es útil, aunque sea poco, socorrerá a estos niños que carecen de todo, nos dijo. El padre Ángel, pilar de esta ONG, estuvo allí pero no pudo quedarse al acto. En ese momento volaba hacia Irak para traer a una docena de pequeños a España. Como dijo Javier García, lo que no pueden arreglar a veces los políticos y la burocracia lo soluciona un hombre con tesón, coraje y corazón. Los que conocemos al padre Ángel sabemos que es así. Y aunque ausente, su espíritu y su fuerza nos acompañó a todos. Después, la Puerta de Alcalá se llenó de lazos rojos que los asistentes fueron colgando, engalanando el monumento y gritando a la torpeza humana que aún quedan personas solidarias dispuestas a dar su tiempo y su trabajo en favor de los más necesitados. Y se soltaron los globos que ascendieron al cielo de Madrid como un canto a la libertad. Fue una mañana inolvidable. Y desde aquí quiero rendir mi pequeño homenaje a Amaya, porque se lo merece. Comprar el libro "Lazos y Corbatas" es un modo inmejorable de ayudar a Mensajeros de la Paz. A diario, gastamos el dinero en cosas triviales.
Pensemos un poco, privémonos de nimiedades y adquiramos la novela, porque además de leer, tendremos la satisfacción de haber colaborado con una buena causa y podremos decir bien alto que pusimos el lazo rojo de la solidaridad en nuestra querida Puerta de Alcalá.







2 comentarios:

Anabel Botella dijo...

Un hermoso homenaje.

Carolina dijo...

Enhorabuena a Amaya.
Un día feliz y hermoso.