miércoles, 23 de junio de 2010

Confidencias a medianoche con Carolina Márquez Rojas



Me gustaría presentaros hoy a Carolina. Nos hemos conocido por la red, he descubierto su blog y le propuse una entrevista, pero ella me dijo: -¡Qué apuro! ¿Por qué no una charla a medianoche? Y aquí la tenéis. Disfrutadla.

Nieves- Buenas noches, Carolina. Al parecer, somos dos aves nocturnas, veo tus comentarios pasadas las 12 de la noche. ¿Cuándo duermes?


Carolina- Buenas noches Nieves, creo que realmente somos aves nocturnas y las dos lo hemos comprobado. Pese a lo que pueda parecer, sí duermo, lo que ocurre es que si no trabajo al día siguiente prefiero escribir y visitar a mis amigos de noche, por el silencio y la tranquilidad, supongo que a ti te sucederá algo parecido...


N- A mí siempre me ha gustado más trabajar de noche, me cunde más. Pero ahora es imposible, salvo algunos días. Gracias a una de esas escapadas nocturnas he descubierto cosas interesantes, como Karyûkai, tu blog. Fue una sorpresa encontrar un paraíso oriental repleto de historias y con una música que invita a soñar. ¿Cómo se te ocurrió hacer algo así? ¿Es que has viajado a oriente? A mí, tantas horas de vuelo, me echan para atrás, he acabado odiando los aeropuertos.


C- Pues a mí me encanta viajar y he visitado algunos países. Del lejano oriente conozco Tailandia, pero Japón..., conocerlo es un sueño que tengo que cumplir algún día.
Siempre he sentido fascinación por este país, pero el punto de partida para crear Karyûkai surgió cuando cayó en mis manos el libro "Geisha" de Liza Dalby; en él, Liza habla sobre su experiencia como la única mujer occidental a la que se permitió entrar en el mundo secreto y cerrado "de la flor y del sauce", que es lo que significa la palabra "karyûkai", llegando a convertirse en una de ellas con el nombre de Ichigiku. Pronto el libro fue llenandose de anotaciones, puntos, subrayados, colores, y fue surgiendo la idea de crear un espacio dedicado al mundo de las geishas que iría alternandose con pequeños relatos y cuentos para poder explicar esta forma de vida. A partir de aquí terminé escribiendo sobre todo lo que se refería a Japón, su historia y cultura, y comencé a investigar y a empaparme de otras lecturas con temática diversa, como las biografías de las geishas más importantes del siglo XX y sus costumbres y tradiciones, el papel de Japón en la Segunda Guerra Mundial, o la historia medieval del país. Creo que a todos nos fascina un poco oriente por lo diferente que nos resulta a nosotros, los occidentales; ¿has sentido tú alguna vez esa fascinación?

N- La he sentido y la siento. Oriente me llama la atención, desde luego; cualquier cultura distinta me atrae. A mí me entusiasma viajar también y lo hago siempre que puedo, sin embargo aún no he estado en Japón y Tailandia. Me he centrado más en Estados Unidos, Europa y África. Y ahora, después de haber estado en tanto aeropuerto, los odio y se me hace cuesta arriba pensar en pasarme un día entero de viaje. Además, mi fascinación es por un país en concreto: Egipto. Si hubiera de elegir me quedaría con él. Desde muy pequeña, la palabra “faraón” me hacía vibrar. Fíjate, incluso antes de ir al colegio, de saber lo que significaba. Digo yo si no habré sido faraón en una vida anterior. Jajaja. Pero es cierto que viajar me ayuda a crear mis historias, siempre es fabuloso conocer otras costumbres. Y tú, por lo que veo, te has empapado de las orientales. ¿No extrañó en tu casa esta originalidad de escribir sobre Japón? ¿Qué dice Belén, tu hermana?


C- Anda, mira por donde, que a mí me encanta Egipto y estuve a punto de visitarlo hace unos cuantos años, pero sucesos ocurridos en el país con respecto a turistas extranjeros me hicieron cambiar de opinión y viajar a Turquía -país también fascinante-. Sabes, creo que si en una vida anterior fuiste faraón, debiste haber sido Cleopatra: una mujer que consiguió poner a sus pies al mismísimo Julio César, a Marco Antonio, y seguro que a algunos hombres más, debía entender mucho sobre el amor y los sentimientos, todo sobre lo que tú escribes de maravilla. Por otra parte, en casa nadie tenía la más absoluta idea sobre mi afición por lo oriental, pero creo que no les resultó sorprendente; están tan acostumbrados a que siempre esté metida entre libros, que si me hubiera dado por estudiar sobre la partición del átomo o el origen del universo, tampoco les hubiera extrañado. Belén está entusiasmada, es mi amiga y mi mejor apoyo; siempre está insistiendo en que publique los relatos de Karyûkai y al final conseguirá que lo haga. Por cierto, Nieves, ¿tú crees en la reencarnación?. Mira que si realmente fuiste un faraón...


N- Gracias por los piropos. Me parece que tenemos muchas cosas en común. Y deberías lanzarte a la aventura e intentar publicar lo que escribes, es muy bueno. Escucha a tu hermana, a mí me encantaría ver tu libro en las librerías. Pues no, no creo en la reencarnación, ni en brujerías, ni en aparecidos. Tengo los pies en el suelo salvo cuando escribo, entonces sí que me puedo poner a hablar con un fantasma o tomarme un cafelito con un extraterrestre. Yo creo que cuando escribo muto. Y si hubiera sido egipcio, me pido Ramsés, jajaja. A mí de mujer en épocas pasada, me hubieran llevado a la hoguera. Por cierto, ¿cómo haces para buscar las fotos de tu blog? Yo soy una nulidad, nunca encuentro. Menos mal que tengo una persona muy querida que es un as en estos temas. ¿Crees que la foto es importante a la hora de colgar un post? Yo creo que una buena foto puede ser un acicate para leerlo.


C- Sí, realmente tienes los pies en el suelo, pero también es verdad que un poco bruja sí eres, me gusta tu opción por Ramsés; yo me pediría a Hatshepsut.
La búsqueda de fotos para el blog es sencillo, con cualquier buscador y la opción de imagenes, pongo una palabra clave, por ejemplo: "samurái", y de repente la pantalla se inunda de fotos y voy escogiendo, siempre respetando los derechos que sobre ellas tengan otras personas, las cuales pueden solicitar su retirada, o utilizo las de dominio público; sí, creo que una buena foto, bonita, impactante, puede inducir a leer un relato, así como una cita célebre, una frase o incluso un haiku, como en el caso de Karyûkai y siempre procuro introducir cada relato con ambos, foto y haiku. Esa presentación de una historia, de un capítulo, creo que es importante, e indica, de una manera muy breve, lo que vas a encontrar. Tú también lo haces, me encanta en Amaneceres cautivos: A esta tierra nos ataron castellanos tan altivos...

N- Y a mí me entusiasman algunas de tus frases, como una en el cap. II: Ya no le importaba que sus largos cabellos dejaran entrever el largo fluir del río de la vida.
Carolina, es una pena que se nos haya hecho tan tarde, pasó hace tiempo la hora de las brujas. Me gustaría seguir charlando más contigo, pero el deber nos llamará mañana y debemos saludar a Morfeo. Ha sido un placer intercambiar opiniones y seguro que a las lectoras les gustará conocerte de este modo, un tanto original. Por mi parte, recomiendo tu blog, un reducto repleto de maravillas. Dômô, por este ratito de confidencias, muchas gracias.

C- Sí, pasó ya la hora de las brujas, las confidencias han llenado la noche, y el sol está en lo alto. Esto me recuerda un relato que escribí hace un tiempo sobre la bruja Hakkiri, en el que se mezclan la mitología japonesa y la egipcia; por ello, no encuentro otra forma de agradecerte esta charla, tu cariño y tu apoyo, que dedicarte este relato, si me lo permites, ya que tanto te gusta Egipto. Espero que Bastet te proteja y que sea portadora de nuevos éxitos en el futuro. Para tí, Nieves, es ya tuyo Maneki neko. Gracias por todo, dômô arigatô gozaimasu.



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7 comentarios:

Anabel Botella dijo...

Qué bueno lo de confidencias a Medianoche. Lo que he leído de Carolina me ha sorprendido gratamente, por no decir los dibujos que inserta. Es una pasada la música y lo cuidado que tiene su blog.
Enhorabuena a las dos xD

Nieves Hidalgo dijo...

¡Lo que he disfrutado otra vez leyendo esta charla nocturna!
Anabel, el blog de Carolina es una preciosidad, llevas razón.
Gracias por comentar y por visitarla.
Y gracias a ti, Carolina, por este ratito.

Besos a las dos

Carolina dijo...

Gracias Anabel, espero que con el ajetreo que llevas, la música te relaje...
Gracias Nieves, yo también la he vuelto a disfrutar.
Gracias por tu apoyo y tu cariño, no tengo más palabras.
Que sepáis que sóis la parte más importante de karyûkai, sin vosotras, no existiría.
Un beso a las dos (y a Irdala, cómo no), de geisha y un abrazo de samurái!!

Belén dijo...

ja, ja.. ¡¡qué bueno!! Yo no he viajado tanto pero si que he estado en Egipto y jamás lo olvidaré. Creo en las brujas, los ángeles, los demonios, los muertos vivientes, las hadas, la magia... hay que estar un pelín pallá para escribir fantasía, pero sobretodo, creer en ella.

Muy chulas las confidencias. A ver si vemos ya esos relatos publicados aunque me tiran más las historias de Lyodrán... ¿por qué será?

Nieves Hidalgo dijo...

Belén,
únete al club de las locas. jajaja
Yo no creo en nada de eso pero... ¿verdad que hay cosas muuuuuuy extrañas?


Besos misterioros

Ángeles Ibirika dijo...

¡Qué buena noche tuvo que ser esa! Me ha encantado. Me he sentido como si os hubiera estado “escuchando” por un rinconcito mientras vosotras hablabais en la penumbra.

Yo también soy apasionada de los viajes, y Egipto me cautivó. Japón tiene que ser fascinante. Desde luego el blog de Carolina, que es un trozo de ese Japón milenario, lo es. Me gusta ese tintineo que suena a ratos, como mecido por el viento. Tienes un gusto exquisito, Carolina, y una pluma fantástica.

Un beso gigante a las dos

Carolina dijo...

Ay Belén, a ver si encuentro esa dichosa documentación para continuar con Lyodrán!
Ángeles, el tintineo es del llamador chino que hay al principio, una especie de amuleto que da suerte (si crees en estas cosas, jaja). Gracias por tus cariñosas palabras (me estoy sonrojando).
Besos a las dos.